martes, 6 de enero de 2015

El Ni Neu del Kursaal, Donostia

Cuñao... que después de tanto atracón con tu suegra y demás familia, hoy puedo decir por fin que doy por clausuradas las navidades 2014 y además, creo que empiezo el año "jaquetona".

Te explico:
No sabía ni si poner este post, porque no va a ser muy bonito, pero creo que ya está bien de poner sólo las cosas que nos han chiflado/encantado/enganchado.  Igual deberíamos llegar a decir abiertamente lo que no nos ha gustado, así que ahí va...

El Ni Neu del Kursaal donostiarra.
Esta cena la hicimos ya hace tiempo pero la tenía en la recámara por lo que te he dicho, pero me animo a contarte lo que pasó. (aunque la verdad es que cenamos de maravilla)


El sitio, ya sabes, marco incomparable, kursaal, pleno gros, modernete y con cocinero de "nombre" que me imagino (o quiero imaginar) se desloma en la cocina.


Tienen, aparte de carta, un menú de degustación bastante bien de precio.  Ahora no recuerdo, pero rondaba los 30 €.  Además puedes hacerte un mix entre este menú y alguno de la carta.

Y ahí voy... empezamos mal.  Estábamos SOLOS en el comedor y tardaron cerca de 20 minutos en traernos la carta.  Uy... que a mi eso me calienta que no veas, pero bueno, la cena era de las de sin prisa, de parejita... en fin... quise pasarlo por alto.
Quise!  porque no pude! Al traernos los primeros, (yo particularmente ya tenía hambre), me trajeron el gazpacho de sandía con atún, pero nada con qué llevármelo a la boca.  Hice varios aspavientos, pero bien sabes sobre mis super-poderes de invisibilidad así que al final me tuve que levantar a pedir una cuchara.  La trajeron rápidamente y después de 25 excusas, reverencias y "disfrute usted de la cena" pude empezar a cenar.
He de decir que tanto el gazpacho de sandía con atún como los cogollos estaban excelentes.




Ah... también se les olvidó traer el pan. (incluido en el menú)
También tardamos bastante en conseguirlo... (el cabreo iba subiendo por la espalda)

Si, cuñao, cabreo, porque según teníamos que hacer esfuerzos para degustar todo aquello, los chavales que servían las mesas estaban fuera fumando, que es que encima ni disimulaban.  Apoyados casi en nuestra ventana con un pie en la pared, ahí fumando, y nosotros sin cuchara ni pan.
En principio no es una tragedia, soy muy consciente, pero vaya..... primero atiende a las mesas, y segundo igual no debes fumar mientras curras en un restaurante que va de tener cierta talla.

Bueno, que me caliento todavía.... (uf. veo que no se me ha pasado del todo el cabreo)

Llegaron los segundos, buenísimos.  Medio bogavante absolutamente en su punto, se despegaba solo de la cáscara. Te diré que no usé los artilugios de marisco...


El consorte tomó tomate relleno en salsa de chipirón.  También buenísimo.



Los postres también buenos. Yo tomé espuma de chocolate, con helado de jengibre. Buenísimo !!



Y el consorte un bizcocho de frambuesa con helado de frutos rojos. Este me pareció excesivamente dulce....


El remate fue en el café, que también se olvidaron de la cucharilla y que también me tuve que levantar a pedirla.

La comida muy bien, el servicio no tan bien, y el recuerdo que tengo es agridulce.